Una de cal y otra de arena

Los vecinos de Chamberí terminan el año con una esperanza de luz al final del túnel de los ruidos de Ponzano, e inmersos en la oscuridad cada vez más próxima del diseño definitivo de la pista polideportiva de Cea Bermúdez. Una de cal y otra de arena. En unas semanas entrará en vigor la Zona de Protección Acústica Especial Trafalgar-Ríos Rosas, el instrumento elegido por el Ayuntamiento de Madrid para paliar el que es sin duda uno de los grandes problemas de convivencia que arrastra el distrito desde hace años: los ruidos y demás molestias provocados por los excesos de la hostelería, fundamentalmente durante las noches y los fines de semana. La medida, a la que se ha sumado el PSOE tras aceptar algunas de sus enmiendas, busca dar respuesta “a la necesidad de que no haya un Madrid que lo vivan unos y lo padezcan otros”, como ha señalado el delegado de Medio Ambiente, Borja Carabante. La Asociación Vecinal El Organillo, por su parte, se ha mostrado “satisfecha con la medida, pese a que no recoge la demanda más importante, como es el adelanto de la hora de cierre”, ha puntualizado, con un punto lógico de escepticismo.

Sobre la pista polideportiva, en cambio, no hay siquiera margen para la incertidumbre: todo en el proyecto ha resultado desolador en un equipamiento cuyas obras comenzaron en verano de 2019 y que no se inaugurará, como mínimo, hasta bien entrado el año próximo. Cuatro años para abrir un centro deportivo cuya ejecución ha vivido, sí, todo tipo de vicisitudes e imprevistos, pero cuyo penúltimo capítulo hay que achacar únicamente al equipo de Gobierno municipal. Y, en particular, al concejal presidente de Chamberí, enrocado en la fragmentación de una cancha que figuraba en los planos desde el principio, y a la que no va a salvar ni el sorprendente hallazgo de 200 metros cuadrados más de superficie en el terreno. Así se desprende de la nueva licitación de la concesión, que mantiene la “minipista” frente al clamor de los colegios públicos de la zona, de las asociaciones deportivas del barrio y hasta de los socios de Ciudadanos, que en el último pleno volvieron a votar en contra del criterio del concejal.

Entretanto, el proyecto de presupuestos municipales para 2023 pasaba hace unos días por las sucesivas comisiones antes de enfrentarse a la votación decisiva, previsiblemente a finales de este mes. Un proyecto cuyas cifras para Chamberí analizamos en este número y que, en caso de aprobarse, destinaría 22,8 millones de euros para que sean gestionados por la Junta Municipal de Distrito. Las cuentas contemplan además 16 inversiones territorializadas para nuestros barrios, por un total de 6,8 millones de euros, un 65 % de los cuales irán para la reurbanización del entorno de la Plaza de Olavide. El resto se destinará a proyectos de menor cuantía, como el fin de la reforma del parque de bomberos de Santa Engracia, la rehabilitación del parque infantil de la Plaza del Teniente de Alcalde Pérez Pillado o la mejora de las aceras y calzadas en Ponzano, además de la ejecución de cuatro de las propuestas ganadoras de los últimos presupuestos participativos. En unas semanas sabremos si pasan el corte del Pleno. Feliz Navidad, vecinos. Nos vemos en 2023.

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