El día 1 de diciembre, el mundo conmemora el Día Mundial del SIDA, en apoyo a todas aquellas personas que lo padecen, y a aquellos que fallecieron por su causa. El 1 de diciembre de 1981 se realizó el primer diagnóstico de la enfermedad.
¿Qué es el SIDA (Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida)? Es una enfermedad causada por el VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana). Es una enfermedad “nueva” en nuestra especie, que apareció en la década de los 80, y la hipótesis más probable es que proceda del mundo animal. Las personas que se contagian con este virus (seropositivos) pueden desarrollar la enfermedad, que anula el sistema inmune, y padecen numerosas infecciones que pueden acabar con su vida. Es una pandemia, porque está extendida por los cinco continentes del planeta.
Cuando apareció la enfermedad, los pacientes que se infectaban morían, porque no existía tratamiento para este virus, pero actualmente, gracias a los fármacos (llamados antirretrovirales) los pacientes infectados con el VIH pueden vivir una vida completamente normal, porque la enfermedad se convierte en crónica, y no produce apenas síntomas. Incluso las mujeres seropositivas pueden tener hijos completamente sanos y libres del virus.
¿Cómo se transmite el VIH? Se considera una infección de transmisión sexual, puesto que se transmite a través de las relaciones sexuales. También puede transmitirse por el contacto con sangre de personas infectadas –compartiendo jeringuillas u otros objetos punzantes–. Es importante saber que el VIH no se contagia por el contacto con la saliva de una persona infectada o por compartir objetos de uso cotidiano, por lo tanto, convivir con una persona seropositiva no es peligroso.
¿Se puede prevenir? Lo más importante es que se puede prevenir, y las estrategias de prevención, junto con los tratamientos médicos, han conseguido que la enfermedad esté controlada.
Las estrategias más importantes de prevención son:
- El uso de preservativo en las relaciones sexuales –que sirve, además, para prevenir otras muchas infecciones de transmisión sexual–.
- No compartir jeringuillas ni objetos punzantes manchados de sangre.
Si hay riesgo de exponerse al virus –por relaciones sexuales sin preservativo o por compartir jeringuillas–, existe una medicación preexposición (PrEP), que puede minimizar este riesgo.
En caso de haber tenido un contacto sexual de riesgo, o haber compartido una jeringuilla, debemos ponernos en contacto lo antes posible con nuestro centro de salud.
Las personas seropositivas merecen nuestro respeto y jamás deben ser discriminadas, sino apoyadas.
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