El infarto en mujeres jóvenes: una amenaza silenciosa

Desde hace ya más de una década se viene observando que las enfermedades cardiovasculares, y en concreto el infarto de miocardio en mujeres, está aumentando de manera alarmante. siendo además mujeres cada vez más jóvenes, por debajo de los 50 años, lo que nos lleva a preguntarnos cuáles pueden ser los motivos, cómo podemos adelantarnos a su diagnóstico y mejor aún, si hay alguna manera eficaz de prevenirlas. Durante décadas se ha pensado en el factor protector de las hormonas femeninas como son los estrógenos, conociendo actualmente por numerosos estudios que esa protección no es real.

El incremento de casos en mujeres jóvenes se debe principalmente a una combinación de factores relacionados con el estilo de vida, los cambios hormonales y su predisposición genética. Si concretamos los principales motivos, podemos hablar de los altos niveles de estrés de la mujer joven, debido principalmente al aumento. tanto de responsabilidades laborales, académicas como familiares que sigue teniendo la mujer, a pesar de los cambios favorables en los roles que se van percibiendo en nuestra sociedad. Otra de las causas a destacar es el incremento de hábitos poco saludables, como el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo de alimentos ultraprocesados (bollería industrial, alimentos preparados) que, a pesar de las distintas campañas sanitarias realizadas en diferentes ámbitos, sigue siendo muy elevado, lo que incrementa claramente el riesgo de enfermedad cardiovascular. Es perceptible además en nuestras consultas de Atención Primaria un aumento significativo de enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión, el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) o el uso de anticonceptivos hormonales sin seguimiento médico, entidades que han demostrado un mayor riesgo cardiovascular.

Algo desconocido para la mayor parte de la población y que es fundamental destacar, es que los síntomas del infarto en mujeres suelen ser diferentes a los de los hombres. Así, hoy sabemos que mientras que en ellos el síntoma más común es el dolor o presión en el pecho, en las mujeres es habitual su presentación como falta de aire repentina, sensación de ansiedad acompañada o no de palpitaciones o dolor de estómago con náuseas o vómitos. Las mujeres jóvenes no asocian estos síntomas a un problema cardíaco, lo que conlleva a no acudir de urgencias, dando lugar a un retraso, tanto en el diagnostico como en su tratamiento precoz, lo que da lugar a un empeoramiento de su pronóstico.

Las medidas preventivas que podemos recomendar por su contundente eficacia en la enfermedad cardiovascular son: adoptar una alimentación basada en la dieta mediterránea, hacer ejercicio al menos 30 minutos al día, mantener un peso saludable, y el abandono del tabaco. Se debe favorecer además el aprendizaje y prácticas de técnicas de relajación y meditación para el control del estrés, así como la realización periódica de controles de la presión arterial.

Debemos ser conocedores de este problema creciente y trabajar de forma conjunta, tanto pacientes como personal sanitario, en su prevención y atención oportuna y precoz.

Quiero finalizar con una frase dirigida hoy especialmente a las mujeres: “Escucha tu cuerpo, no ignores los síntomas: tu corazón te lo agradecerá”.

Dra. Mercedes Martínez Abad

Foto: StockSnap 


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