GENE: el arte radical que surgió en los 80 en un sótano de Chamberí

Una muestra en el Museo Reina Sofía recuerda a este colectivo


El edificio Nouvel del Museo Reina Sofía acoge hasta el 9 de marzo “GENE. Topía y revolución: 1986-1988”, que recoge por primera vez en una muestra documental todo el material inédito y disperso del que fuera uno de los grupos de resistencia artística anti institucional más relevantes del Madrid de los 80. “Un colectivo ausente en la historia del arte español que, sin embargo, estuvo presente en la prensa oficial del momento por sus estrepitosas acciones”, señala el museo en una nota sobre la muestra, comisariada por Cayetano Limorte.

El germen del colectivo GENE brotó en enero de 1986 en el sótano de un bloque de viviendas de Chamberí, en la calle de Fernando el Católico, donde Maite Arratibel, Celia García Bravo, Nacho Pérez de la Paz y Pedro Roldán fundaron un espacio alternativo de arte que irónicamente bautizaron como Galería Nacional.

Simultáneamente, Manuel Saiz ponía en marcha el “Servicio Postal de Exposiciones Múltiples y Propaganda”, una iniciativa de arte colaborativo postal y “cuña de oposición artística”, definida como “revista no ortodoxa, en la que las páginas, los artículos, se reciben de uno en uno y por separado, una galería que en cada envío va a mostrar una obra a la casa del espectador y no al contrario”. Unidos por el espíritu crítico de sus socios, ambos proyectos independientes confluirían meses más tarde, tras un encuentro de sus socios, en el proyecto común GENE, una galería de producción colectiva editora de múltiples en formato postal.

El nombre de GENE procede de la transcripción fonética de las iniciales “G” y “N” de Galería Nacional —centro de operaciones del grupo— y la raíz griega “γέν”, presente en la etimología de las palabras origen, nacimiento o creación.

Su corta pero intensa trayectoria estuvo marcada por una fuerte actitud de rechazo hacia las políticas culturales del Madrid progresista de la década de 1980, que había encontrado en la pintura un camino de vuelta al orden después de años de revuelo político y artístico.

La actividad del colectivo se centró fundamentalmente en sus asiduas reuniones, tertulias que dieron como resultado, entre 1986 y 1988, setenta y siete envíos postales numerados de más de una veintena de artistas, diversas acciones y la creación de un sello editorial, GENE Ediciones. Iniciativas que, desde una total precariedad de medios y una marginalidad manifiesta, generaron redes alternativas de difusión de ideas artísticas y obras que, con su actitud, cortocircuitaron algunos espacios oficiales dedicados al arte. 

Foto: Colectivo GENE.


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