El pasado diciembre la alcaldesa Manuela Carmena firmaba la cesión de este edificio municipal, en virtud de un compromiso suscrito por España y México hace 25 años, que estaba pendiente de reciprocidad por parte de Madrid desde 2002.

Espinar ha argumentado el rechazo de su formación, en el hecho de que el edificio de Alberto Aguilera “es de lo poco disponible” que existe en un distrito que padece un “déficit crónico de equipamientos”.
Por su parte, el presidente de la Asociación Vecinal El Organillo, Julio López, explica en una entrevista en este mismo número la “oportunidad histórica” que Chamberí ha perdido con esta cesión, en un barrio donde “no hay bibliotecas municipales, ni escuelas de música, y que tiene un solo centro cultural para 140.000 habitantes”. Además, López señala que la decisión se ha tomado “saltándose los acuerdos del Pleno, lo cual es un mal precedente”.
Según El Organillo, durante la etapa de Alberto Ruiz-Gallardón en la alcaldía se consiguió un principio de acuerdo para instalar una escuela de música, si bien finalmente el alcalde optó por ceder el inmueble al Instituto Camões. En aquella ocasión, la movilización vecinal consiguió parar la decisión. “Lamentablemente, lo que no consiguió el PP, torcer la voluntad de los vecinos, lo ha hecho Manuela Carmena, que no ha escuchado el clamor de Chamberí,” ha añadido Espinar.
El palacete, obra del arquitecto Luis Bellido en la década de los 20, cuenta con 2.700 metros cuadrados y está ubicado en pleno barrio de Argüelles. Según el Ayuntamiento, la implantación de la Casa de México nace con la idea de crear una plataforma abierta, en la que promover la cultura mexicana, el turismo, el arte popular, la cooperación educativa, científica y técnica, las industrias creativas, la diversidad gastronómica y el deporte. En el inmueble se instalarán organismos como el Instituto de México en España, el Fondo de Cultura Económica o los 14.000 volúmenes dedicados a temas mexicanos de la biblioteca Octavio Paz.
Chamberí 30 días
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