Ana Rodrigo Sanz, directora del Museo Geominero, en la sala central de exposiciones.
Subiendo a la primera planta del edificio, por los pasillos ya comienza a respirarse lo que este Museo de titularidad estatal ofrece a sus visitantes: vitrinas con toda clase de minerales, rocas y fósiles procedentes de todo el mundo, mapas que informan sobre la diversidad geológica de cada zona de nuestro país… hasta que se llega a la impresionante sala central; una nave diáfana de 19 metros de altura, con una planta principal y tres balconadas –la tercera no es visitable−, “que merece la pena visitar, porque es como un viaje en el tiempo”, asegura Ana Rodrigo Sanz, la directora del Museo desde abril de 2017, si bien “llevo en el Museo desde 1996, cuando empecé como becaria en paleontología, así que he tenido la suerte y el privilegio de aprender el trabajo desde la base”.
En esta sala hoy en día se puede disfrutar de la contemplación de 250 vitrinas de madera y vidrio, hechas a mano, en las que se exponen “unos 5.000 minerales y 13.000 fósiles, además de contar con más de 9.000 minerales y 40.000 fósiles almacenados como fondos, lo que hace que este Museo sea muy valioso, no sólo por lo que exponemos, sino también por lo que custodiamos y conservamos”, comenta la directora.
Un Museo público y de todos
La historia del Museo Geominero tiene su germen en 1849, cuando se empezaron a formar las primeras colecciones gracias al trabajo de los miembros de la Comisión del Mapa Geológico de España, si bien no fue hasta 1926 cuando el entonces Rey Alfonso XIII lo inauguró oficialmente, con motivo del XIV Congreso Geológico Internacional y un año después se trajeron las vitrinas de exposición.
Vista general de la sala central del Museo, desde la planta superior.
Sin embargo, a pesar del tiempo que lleva abierto al público, “es una joya desconocida, en Madrid en general y en Chamberí en particular. Por eso, animo a los vecinos a que vengan a descubrirlo, porque es un Museo público, patrimonio de todos los españoles, que está a su alcance con entrada gratuita”, afirma Ana Rodrigo, quien añade que “incluso las personas ciegas pueden visitarlo. Gracias al convenio que tenemos firmado con la ONCE disponemos de un folleto explicativo en braille, así como más de 40 piezas de minerales y fósiles fuera de las vitrinas, con cartelas en braille y macrocaracteres”.
Así, la réplica y trozos originales del meteorito de 100 kilos que cayó en Retuerta del Bullaque (Ciudad Real) –que una familia guardó en su casa durante años sin saber lo que era−, la pirita de Navajún (La Rioja) –unos cubos metálicos perfectos incrustados en piedra− o el fósil de un mastodonte permiten acceder a la geología sin barreras.
Talleres y programas educativos
La oferta del Museo Geominero no se limita a las salas de exposición, también “organizamos talleres de fines de semana de reconocimiento de fósiles, minerales y rocas los primeros domingos de cada mes, de verano para niños de 9 a 12 años con actividades centradas en fósiles, minerales, meteoritos, volcanes, crecimiento cristalino… y en Navidad, del 24 de diciembre al 6 de enero para niños de 6 y 7 años, articulados en torno a los dinosaurios”, explica la directora del Museo.
A su vez, se realizan exposiciones temporales, como la que se puede contemplar en el hall del IGME hasta el 25 de septiembre de este año, “Amberia: el ámbar de Iberia”, con entrada libre.
El Museo Geominero, el único que hay en España de estas características, tiene sus puertas abiertas para ser mucho más conocido. Merece la pena visitar esta auténtica joya que tenemos en Chamberí.
Juan Carlos M. J.
Deje un comentario