“Carmen de Burgos estuvo en el índice de autores prohibidos por el franquismo, porque 'Colombine' fue la primera mujer con un puesto fijo en una redacción, y una de las primeras corresponsales de guerra. Además, creó un nuevo estilo de periodismo con la crónica del crimen del Cortijo del Fraile, que se convertirá en su novela Puñal de claveles”. Otro punto de peregrinación está en la calle del General Arrando, cerca de la Plaza de Chamberí. En el número 10 residió un corto periodo de tiempo Luis Cernuda, poeta sevillano de la Generación del 27. “Quien murió exiliado en México, participó en las Misiones pedagógicas y en la compañía La Barraca, de Lorca”. Un poco más arriba, en el número 4, se instaló la familia Machado. “Antonio Machado simboliza la tragedia de la Guerra Civil Española”, afirma la guía.
Estos recorridos literarios desean resucitar el valor cultural del barrio.La comitiva acelera su ritmo por el barrio hasta Viriato, 73 –antiguamente, número 71–, donde vivieron Concha Méndez y Manuel Altolaguirre con Luis Cernuda: “La pareja fundó aquí su famosa imprenta, en el semisótano. En ella se editaba la revista Caballo verde, dirigida por Neruda. Cernuda escribió aquí La realidad y el deseo y Miguel Hernández publicó El rayo que no cesa, que le dedicaría a Maruja Mallo. También se imprimió la primera edición de Poeta en Nueva York, de Lorca”.
La calle de Hilarión Eslava es otra de las mecas, y el recorrido tiene en cuenta tres paradas aquí: primero en el número 25, donde Antonio Pereira, cuentista y defensor del filandón –costumbre de relatar historias para un público que estaba haciendo una labor manual–, tenía su segunda residencia.
Luego en el número 7, donde vivió y murió Benito Pérez Galdós. Mª Ángeles cuenta en este punto un hecho curioso: “La placa homenaje es la original, no así la casa, que se derribó. Galdós litigó con su editor, porque no le pagaba, y cuando ganó el juicio le pagó con sus propios libros –60.000 ejemplares–, lo que le llevó a montar su propia librería, en la calle de Hortaleza, que sigue existiendo hoy en día”. La tercera parada es en el número 2, en la famosa Casa de las Flores. “Aquí vivió Neruda antes de ser embajador en París. El poeta dejaba que entrara todo el mundo para que circularan las ideas. Fue en esta casa donde Miguel Hernández conoció a Maruja Mallo. Neruda habla de esta casa en el poema 'España en el corazón’”, explica la guía.
El paseo termina en el Museo del Escritor, ubicado en la calle de Galileo, 52, sobre las 13 horas, con un refrigerio y una invitación para volver a recorrer sus estancias, donde también se hacen visitas guiadas y en el que resulta imposible que no te pique el gusanillo… literario.
Laura Conde
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