‘Distancia social’, un fotolibro sobre el desconfinamiento desde Chamberí

La directora de cine Pilar García Elegido acaba de publicarlo

Existen pocos hechos que haya vivido el mundo entero y al mismo tiempo, y uno de ellos fue la pandemia de la covid 19. En 2020 el planeta se confinó y nadie salió de sus casas, excepto personal sanitario y trabajadores esenciales, hasta que poco a poco pudimos hacerlo. En España el desconfinamiento fue en mayo de ese mismo año y el impacto que dejó en la retina y en la memoria colectiva es difícil de borrar.

Y si por algún casual alguien ya se olvidó de aquellos momentos en el que en las calles y las avenidas quedaron casi desiertas de vehículos y sólo paseaban personas, Pilar García Elegido los recopila en Distancia social, su primer libro de fotografía. “Empecé a hacer fotos durante la pandemia, sin darle importancia. Un día descargándolas para archivarlas, vi una imagen de la Plaza de Santo Domingo completamente vacía, sólo había cuatro personas y cada una estaba en una esquina de un banco. Me impactó y comencé a pensar en el concepto de distancia social”, explica esta directora de cine sobre su proyecto.

El resultado fue más de 30.000 fotografías tomadas de diferentes barrios de Madrid. El distrito de Chamberí está presente, porque García Elegido es vecina de casi toda la vida. “En aquellos paseos llevaba la cámara y un cuaderno. Encuadraba y apuntaba ideas o sentimientos que me afloraban. Por eso ‘Distancia Social’ tiene imágenes y texto”, continúa. La ganadora del Goya al Mejor Cortometraje Documental por Confluencias (1999) asegura que seleccionar los 400 retratos de la pandemia que conforman su libro ha sido uno de los trabajos más complicados que ha realizado a lo largo de su carrera.

“Artículé el resultado por epígrafes y eso me ayudó a seleccionar las imágenes que hoy vemos en el fotolibro. Dejaba reposar unas semanas las escogidas y tras esto volvía a seleccionar”, cuenta la también productora y guionista. Eso sí, al ser preguntada por el resultado final lo tiene claro: “Me lo he puesto muy difícil a mí misma, pero estoy satisfecha con el resultado. Sólo falta que las personas que lo tengan en sus manos lo valoren según consideren”.

Entre las fotografías de la capital encontramos calles y avenidas cerradas y desiertas, incomunicación entre las personas, vendedores de dulces o de flores, escaparates, cultura, verano y Navidad, entre otras temáticas. “Realizo fotografías desde pequeña, pero nunca le di importancia. En cambio, para mí la creación siempre ha sido una tabla de salvación en momentos vitales bajos, y pasear y encuadrar con la cámara durante la pandemia para mí fue terapéutico”, termina la cineasta.