Si esto te suena es porque este fármaco forma parte de tu día a día, o porque conoces a alguien que lo toma o lo ha tomado. Tanto si sabes lo que es, como si no, sigue leyendo.
Las enfermedades cerebrovasculares son la primera causa de muerte en mujeres, y la segunda en hombres en España. El ictus supone la primera causa de invalidez en adultos a largo plazo.
Es aquí donde entra en juego el fármaco mencionado anteriormente. Son fármacos anticoagulantes, es decir, impiden la coagulación de la sangre, evitando la formación de coágulos o impidiendo su crecimiento y favoreciendo su desaparición si ya se han formado.
Ante determinados sucesos o eventos, su cardiólogo/a puede estimar que sea necesario iniciar el tratamiento con este tipo de fármacos, para evitar otros desenlaces. El control y la dosificación del Sintrom se realizarán en Atención Primaria, con una combinación de visitas con su médico y enfermero.
Para realizar este control solamente se necesita una muestra de sangre capilar, que se extrae, como en las personas diabéticas, de un dedo. Esta muestra se introduce en un aparato electrónico y, en función del valor obtenido, se le dará la pauta al paciente, y el próximo control será en 1 mes, 15 días o 10 días…
Se recomienda tomarlo entre las 17 y las 19 horas, para poder ajustar las dosis en el menor tiempo posible, ya que el control se suele realizar por la mañana. En cualquier caso, no lo tome hasta saber el resultado, por si fuese necesario modificar la dosis.
En relación a la alimentación, se aconseja llevar a cabo la dieta que el paciente realice normalmente, a excepción de determinados alimentos. Se deben evitar:
- Verduras con alto contenido en vitamina K: coliflor, espinaca, espárragos, perejil, guisantes, brócoli, nabos, garbanzos, lechuga, aguacate, kiwi, aguacate, higos, uva y ciruelas.
- Carnes: hígado, salchichas, embutidos, paté.
- Conservas de pescado: atún en lata, sardinas en aceite, salmón ahumado.
- Alcohol: en mujeres solo se aconseja tomar una cerveza al día y en hombres hasta dos cervezas diarias. Un consumo excesivo agudo puede derivar en un aumento de la acción anticoagulante.
A su vez, los estados febriles y el calor ambiental aumentan el efecto anticoagulante; por el contrario, los climas fríos disminuyen este efecto. El consumo de tabaco, por otro lado, aumenta el riesgo de sufrir un evento trombótico.
La principal complicación es presentar alguna hemorragia, si es así, comuníquelo cuando se realice el control. Si la hemorragia es intensa, o no cede, acuda a Urgencias, y comunique el tratamiento que esté tomando.
Para el resto de dudas, contacte con su médico o enfermero de Atención Primaria. Nos vemos en la consulta.
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