Higiene de manos, de rabiosa actualidad

Ya en el número de mayo de años anteriores, mes del “Día Mundial de la Higiene de Manos”, escribimos un artículo sobre la importancia de una correcta limpieza de las manos, para no transmitir enfermedades infecciosas de una persona a otra. Este año nos adelantamos a nuestra fecha habitual, por imperativa actualidad, para recordaros la importancia que tiene una correcta higiene de manos.

¿Por qué?

Diferentes estudios concluyen que es la medida más eficaz, en el día a día, para evitar la transmisión de agentes infecciosos.

¿Cuándo?

Siempre después de ir al servicio o haber estado en contacto con fluidos corporales como mocos, vómitos o sangre. También cuando vayamos a cocinar o comer, las veamos sucias de polvo o tierra, antes de coger a un recién nacido... o simplemente por tener la sensación de que hace tiempo que no nos las lavamos.

¿Con qué?

Habitualmente lo haremos con abundante agua y jabón, pero si no están muy sucias, ni han estado en contacto con los productos biológicos mencionados, podemos utilizar soluciones hidroalcohólicas, que no precisan agua, acortan el tiempo de lavado, irritan menos la piel y son más manejables en nuestra vida cotidiana, sobre todo fuera de nuestro domicilio. Un adecuado lavado de manos con agua y jabón llevará un minuto; con solución hidroalcohólica, 20 segundos.

¿Cómo?

Fijaos en las imágenes adjuntas para aprender la sistemática de un correcto lavado de manos, así no olvidaremos los espacios entre los dedos y debajo de las uñas. Debemos tener en cuenta que la piel debajo de los anillos y uñas, sobre todo si son artificiales, son lugares muy queridos por los gérmenes para desarrollarse y que debemos extremar la higiene para impedírselo.

Tampoco debemos toser o estornudar en la palma de nuestras manos, sino en la cara anterior del antebrazo o en la flexura del codo, y procurar no tocarnos las zonas de la cara más vulnerables –ojos, nariz, boca–, y así no contaminaremos pomos, pasamanos, manos de otras personas o nuestras mucosas.

Es importante recordar que ponerse guantes puede proteger de mancharse, pero no evita la transmisión de virus y bacterias; hay que hacer primero una correcta higiene de manos. Por último, debemos concentrarnos en llevar a cabo medidas profilácticas demostradas, no dejarnos llevar por divulgaciones insuficientemente contrastadas que nos puedan distraer de nuestro objetivo principal.

Si todos somos conscientes del problema que crea la transmisión entre personas de los diferentes gérmenes que nos rodean, actualmente el Coronavirus, y en otras épocas cualquier otro, y ponemos medios para dificultarla, sin duda colaboraremos a un entorno más saludable.

Paloma Real Mora. Auxiliar de Enfermería.

Montserrat Bustamante. Médico de Familia.

Centro de Salud Eloy Gonzalo

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