Finales de febrero de 2021. Una incipiente batalla electoral, la lenta y deseada llegada de vacunas, pero pudimos empezar. La estrategia de vacunación del Ministerio de Sanidad empezó en las residencias y con el personal sanitario en enero de este año; pero, ¿y los demás? Pues en 24 horas se movilizó a toda la Atención Primaria de Madrid. Al Centro de Salud de Eloy Gonzalo le llegaron listados de más de 2.300 mayores de 80 años, y en menos de 48 horas, y sin parar nuestro trabajo, citamos a la población más mayor de Chamberí.
Se citó a cada paciente, su primera y segunda dosis, separadas por 21 días, con un gran trabajo de la unidad administrativa, más todo aquel que tuviera cinco minutos libres para llamar por teléfono.
La llegada de los listados para localizar a la población de más de 80 años, sin sms, sin redes sociales, sin Google…, fue una locura, pero recibían la llamada de la vacuna emocionados. “¡Podré abrazar a mis nietos!, ¡salir a la calle!”, eran las cosas que nos decían.
Las vacunas llegaban el mismo día que se vacunaba a más de 120 personas. Empezamos con Corminaty (Pfizer). Casi como en un altar, preparábamos los 0,3 ml que requiere la vacuna en una jeringa. Las enfermeras, guardianas de las vacunas de los centros de salud, reconstituimos 1,8 ml exactos de suero en el vial de Pfizer y de cada vial conseguíamos seis vacunas de 0,3 ml. Agobiados por no perder una gota, no tirar dosis, luchando por hacerlo bien.
La vacuna Moderna se quedó en el hospital, luego llegó la comentada AstraZeneca y la solitaria Janssen. Con fichas técnicas que evolucionaban, se modificaban, reuniones online para formación, no pudimos cesar nuestro trabajo habitual y entre ausencias de compañeros por enfermedad, lo conseguimos, todo fue saliendo.
Pacientes de 103 años vinieron a ponerse su vacuna, plantando cara al destino, ¡qué generación más increíble! Escondimos las lágrimas de emoción en las mascarillas, cuando pudimos vacunar a nuestros familiares. Hasta novias acompañaron a sus madres a la vacuna el mismo día de su boda. Reconocimos famosos tras las mascarillas, que venían con su DNI a vacunarse.
Fuimos un vacunódromo improvisado en menos de dos horas, vacunando a casi 600 personas en cinco horas, doblamos turnos, hicimos equipo y también salió todo.
Ya queda menos población por vacunarse. Hay ganas de viajar, de ir a conciertos, de salir, de abrazar. Recordamos mientras vacunamos, el miedo de hace un año, lo que nos cambió la vida de repente. A los familiares, pacientes y compañeros que se han ido. Nuestro recuerdo al Doctor Nabil, que se lo llevó esta dura enfermedad una semana antes de vacunar a los trabajadores del centro.
Pero el 25 de febrero, el Centro de Salud de Eloy Gonzalo se embarcó en otra expedición Balmis, ellos contra la viruela, nosotros contra la covid. Hemos hecho un poco de historia. Vacunamos, por fin lo hacemos. Luz a las tinieblas.
Feliz y saludable verano.
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