La solidaridad en Chamberí hace frente al aumento del precio de los alimentos

Los comedores sociales y centros de reparto de alimentos del distrito vuelven a convertirse en la principal ayuda para las personas en situación de necesidad


La cesta de la compra no da tregua. A lo largo de los primeros meses del año los alimentos han continuado la escalada de precios iniciada en 2021, provocando que ir al supermercado sea cada vez más caro. La sequía, los costes de producción en la industria agroalimentaria y el sector primario, con el alza de los precios de la energía, los fertilizantes y los piensos para el ganado a la cabeza, son algunos de los responsables. Antes este escenario, el Gobierno aprobó en diciembre de 2022 la rebaja del IVA en alimentos frescos o de primera necesidad, pasando del 4% al 0% y del 10% al 5%, según el tipo de alimento básico. Durante el primer mes de 2023, esto se notó ligeramente en algunos productos como el pan, la leche o los huevos, cuyo IVA bajó del 4% al 0%. Sin embargo, durante los siguientes meses un gran número de alimentos han alcanzado precios récord.

La rebaja del IVA finalizará el próximo 30 de junio y aunque desde CaixaBank Research apuntan que se observa una tendencia a la moderación, esta coyuntura sigue impactando en la economía real las personas. Sobre todo, de las más necesitadas. Una prueba de ello es el caso de los comedores sociales y centros de reparto de alimentos del distrito.

En la obra social ‘Cachito de Cielo’, dirigida por las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada, afirman que estos últimos meses han visto cómo ha aumentado el número de personas que acuden en busca de ayuda a su sede de la calle Monte Esquinza, 29. En este centro dividen su labor entre los desayunos que reparten y las cajas de alimentos que preparan para las familias. En el primer caso, cada lunes, miércoles, viernes y domingos acuden entre 185 y 200 personas a las que se les entrega una bolsa compuesta por café, zumo, yogurt, fruta y un bocadillo que varía en función del día, aunque el pavo, el jamón de york y el chóped son los embutidos más habituales.

Tal y como explica la responsable de la obra social, la hermana Rosa María Ateza, la mayor parte de estas personas viven en situación de calle, por lo que no hacen discriminaciones y aceptan a cualquier individuo que vaya en busca de un poco de comida. Por su parte, los martes y los jueves son los días de las familias, que sí están reguladas por los servicios sociales y cada año se renueva su documentación para verificar que siguen cumpliendo los requisitos. Actualmente tienen registradas cerca de 400. Y, para ayudar a todas ellas, preparan cajas diseñadas en función del número de integrantes. La cantidad de alimentos y su tipología varía en función de la disponibilidad y las donaciones que hayan recibido. Por ejemplo, el pasado mes de mayo aquellas formadas por entre cinco y seis miembros recibieron una caja con tres paquetes de arroz, cuatro de pasta, dos botes de legumbres, otros dos de macedonia de verduras, seis latas de atún, cuatro de tomate, una botella de aceite, dos de fruta en almíbar, un bote de cola-cao y un paquete de café.

En este sentido, estas cajas se complementan con las entregas que reciben del Banco de Alimentos, así como con las donaciones que les llegan de otras organizaciones. La pastelería Mallorca es una de ellas y tres de sus establecimientos entregan a ‘Cachito de Cielo’ tanto sus excedentes como algunos productos que preparan específicamente. Otro caso es el de las Monjas Clarisas que, en ocasiones, también les hacen llegar paquetes de huevos, uno de los bienes más preciados en los centros de reparto de alimentos.

Desde la calle Poeta Ángela Figuera, 23, el comedor social San Francisco ofrece de lunes a viernes un turno de comidas mediante un protocolo abierto al que es posible acudir entre las 10:45 y las 13:15h. Desde la organización también comentan que estos últimos meses ha aumentado el número de personas y, en la actualidad, reciben en torno a 160 de forma diaria. El incremento del precio de los alimentos también les ha afectado. No obstante, subrayan que las personas que acuden “han comido todos los días”.

Por su parte, Alfredo Jiménez, el párroco de la iglesia del Santísimo Cristo de la Victoria, ubicada en la calle de Fernando el Católico, 45, declara que desde su parroquia están percibiendo cómo la subida del precio de los alimentos está impactando drásticamente entre algunos vecinos del distrito que se encuentran en situación de necesidad: “Hay mucha gente que lo está pasando mal”. Para aportar su granito de arena, atienden a 140 familias que se corresponden con unas 430 personas a las que hacen un seguimiento para conocer cómo evoluciona su situación. De hecho, en lo que llevamos de 2023 se han dado de alta 32 familias nuevas, sin embargo, como otras tantas han dejado de acudir por diferentes motivos, el número final sigue siendo el mismo. Además, realizan dos repartos mensuales. El viernes de la segunda semana de cada mes se entregan los alimentos no perecederos y el cuarto jueves los perecederos.


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