Durante 45 años cada 6 de julio la iglesia de San Fermín de los Navarros ha disparado un cohete al cielo madrileño para dar comienzo a la fiesta de su patrono. Este 2020, sin embargo, la tradición se ha suspendido debido a las extraordinarias circunstancias en la que nos encontramos, dando lugar a unos Sanfermines teñidos de luto en los que la Parroquia ha querido recordar a las víctimas del coronavirus.
Cuando el lunes terminaron de sonar las campanas a las 12 del medio día no sonó el chupinazo y tampoco se celebró la verbena que otros años se ha organizado en el patio anexo. Así, este año la celebración ha consistido únicamente en una solemne misa presidida por el Obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, a la que también acudió la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Durante la ceremonia cantó el grupo musical Alborada y, al terminar, la Asociación Cultural Navarra le entregó un pañuelo rojo de honor por el comportamiento del pueblo de Madrid a lo largo de los últimos meses. De igual forma, Ayuso también asistió el lunes a la eucaristía en memoria a las víctimas del Covid-19 que tuvo lugar en la Catedral de Santa María la Real de la Almudena, presidida por Sus Majestades Los Reyes y oficiada por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro.
Desde la Parroquia esperan que el próximo año puedan volver a festejar el día de su Patrono. La celebración de 2019 contó con la asistencia de centenares de personas y se sirvieron 130 kilogramos de chistorra y 380 litros de botellas de vino para amenizar la fiesta. “Este año las circunstancias mandan”, declaran, y “es un recuerdo que debemos a todos los fallecidos, teniendo en cuenta que hay miles y miles de españoles, madrileños y navarros que ya no están con nosotros”.
Para poder acceder a la iglesia de San Fermín de los Navarros (Paseo de Eduardo Dato, 10) es obligatorio el uso de mascarilla, lavarse las manos con gel desinfectante antes de entrar y mantener una distancia de seguridad de dos metros entre los asistentes. Además, tal y como indican en la entrada del templo, por el momento el aforo está fijado en 140 personas.
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