Pasó el 31 de mayo, Día Internacional Sin Tabaco y, como todos los años, el Centro de Salud Eloy Gonzalo conmemoró este día dentro de la XXIV Semana Sin Humo, con diferentes actividades entre las que se incluye nuestro tradicional artículo para ‘Chamberí 30 días’, el octavo ya sobre esta materia. En esta ocasión vamos a dar voz a todos los que han conseguido salir de esta adicción y relatar las opiniones que nos han venido llegando a través de los años.
La opinión transmitida como más importante por los exfumadores ha sido que dejar de fumar fue una de las decisiones más gratificantes de su vida, sintiéndose empoderados por haber conseguido una meta tan difícil y librarse de la esclavitud personal que supone una adicción.
A más dificultad para conseguir la meta, más orgulloso se ha sentido nuestro exfumador.
También se ha dado mucha importancia a la economía, sobre todo en los más jóvenes, que han podido ahorrar ese dinero que se volatilizaba como humo e incluso se han dado un capricho largamente deseado.
La mejora en las relaciones familiares, sobre todo con los niños pequeños que recibían el mensaje contradictorio de “el tabaco mata” y veían fumar a sus seres más queridos, también ha sido ampliamente referido; así como servir de modelo en conductas saludables para hijos y nietos.
Los mayores, aunque se han despedido con tristeza del tabaco, “no puedo hacer esto, no puedo hacer lo otro…”, consideran que han adquirido un compromiso con su estado de salud, adoptando un comportamiento responsable, que elimina unas de las principales causas de enfermedad prematura y pérdida de años de vida.
Otros manifiestan haber recuperado el gusto y el olfato, y también el buen olor corporal y ambiental, algo muy agradecido por familiares y amigos no fumadores.
Y también hay beneficios en belleza, con la mejora en el aspecto de dientes y de la piel; no en balde, la crema nutritiva más barata es precisamente dejar de fumar.
No podemos pasar por alto la referencia a una mayor tolerancia al ejercicio en todos los exfumadores; desde los que suben una docena de escalones, hasta los que quedan con los colegas en el fin de semana para un partido de pádel.
Mi más sincera enhorabuena y mis mejores deseos de salud para estos héroes anónimos tan cotidianos.
Si ellos han podido, tú también puedes.
Si quieres pertenecer al selecto club de exfumadores, ponte en contacto con los profesionales de tu centro de salud, para que puedan orientarte y acompañarte en esta importante decisión.
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