La batalla legal por el Instituto Homeopático, un bien de mucho interés

A nadie que pase por la calle de Eloy Gonzalo a la altura de los números 3 y 5 se le escapa la belleza y singularidad del edificio que desde el año 1878 ocupa la Fundación Instituto Homeopático y Hospital de San José, construido en estilo neogótico y declarado Bien de Interés Cultural. Esa catalogación ha permitido la rehabilitación del que fuera sede del Congreso Nacional de Homeopatía celebrado en 1929, un proyecto que ha durado más de 10 años y en el que la Comunidad de Madrid ha invertido tres millones de euros. Instituto Homeopático 1 Fachada del edificio, en Eloy Gonzalo, 3 y 5. El Hospital Homeopático, que hoy se dedica a la docencia y la asistencia sanitaria, acarrea una batalla legal que se remonta a la década de los 90: la pugna por el marquesado de Núñez o, lo que es lo mismo, por la propiedad de este inmueble de 2.100 metros cuadrados levantado sobre una parcela de casi 3.000. En un esfuerzo por simplificar el embrollo de pleitos y amoríos que lleva pareja la consecución de este título decimonónico, propio de un guion cinematográfico, nos situaremos en el presente y diremos que el médico madrileño Alfredo García-Alix, hermano del reconocido fotógrafo, quiere arrebatar el título del marquesado a María José Fernández, una mujer casi anónima que vive en Zaragoza y quiere vender el edificio, el cual conserva una biblioteca con cerca de 2.000 volúmenes y una farmacia histórica homeopática, con documentación y medicamentos de 200 años atrás, incluido el primer medicamento homeopático español.

La fundación, sin fondos y paralizada


Los patronos de la fundación, legítima propietaria −que dirige el Hospital Homeopático y está presidida por el Arzobispado de Madrid, el marqués de Linares y su nuera, María Luisa Hoyos, el marqués de los Salados y Félix Antón, entre otros− desean con todas sus fuerzas que García-Alix, descendiente biológico del marqués de Núñez, se haga con la titularidad del inmueble, pues, a diferencia de su contrincante, pretende conservarla. María José Fernández arguye que el centro no se dedica a los fines para los que fue creado, “fomentar la homeopatía y atender a los menesterosos”, algo que apoya una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de 2001, pero que, a su vez, contradijo el Protectorado de Fundaciones en 1994, dependiente hoy del Ministerio de Educación, que informó favorablemente sobre su actividad. “La fundación intenta por todos los medios hacer valer la justicia de sus pretensiones”, explica Félix Antón, que además es el secretario. “El Protectorado dijo que nuestra labor se había reducido en razón de unas menguadas posibilidades económicas, pero también señalaba que había voluntad de cumplir nuestra finalidad social”. En su página web, el Homeopático hace pública la complicada situación jurídica y la falta de liquidez que atraviesa (a causa “de este largo proceso, que ni se aclara ni se cumple desde 2013 y que ha agotado los medios de la fundación”) y pide ayuda económica a cualquier persona o institución. “Nuestra actividad se ve limitada por un imperativo legal que nos exige la extinción-liquidación de la fundación, con reversión del edificio del instituto a la actual marquesa de Núñez, título obtenido de forma presuntamente ilegal, con la colaboración del condenado duque de Tovar por diversas irregularidades en la concesión de títulos nobiliarios”, asegura Félix Antón. Inst. Homeopatico 2 Interior del edificio. Foto: Francisco J. Alcacera (Fundación Instituto Homeopático y Hospital de San José). La fundación ha interpuesto sendos recursos de casación y extraordinario por infracción procesal contra una reciente sentencia de la Audiencia Provincial de Zaragoza, que están por verse en Sala de lo Civil del Tribunal Supremo. “Además de lo anterior, el marquesado de Núñez es ostentado por una persona que no reúne las condiciones de la carta de creación del título, que impone la necesidad de ser hijo legítimo, de constante y legítimo matrimonio, circunstancias que no se dan en la línea que ostenta el título”, expone Antón. Y es que José Núñez Pernía, médico homeópata de la reina Isabel II y primer marqués de Núñez, nunca estuvo casado, aunque tuvo cuatro hijos: María del Carmen, Margarita, Josefa de la O y José Guillermo. A esto se añade que María José Fernández es descendiente de la tercera hermana, mientras que García-Alix lo es de la mayor, por lo que el título, de demostrarse la filiación por el ADN, sería para éste.

El origen del hospital y el marquesado


En 1872 la Sociedad Hahnemanniana Matritense impulsó una suscripción internacional para construir en Madrid un hospital homeopático. En esta suscripción participaron unos 700 donantes internacionales y el importe restante para su construcción lo completó José Núñez Pernía. En abril de 1878, terminadas las obras, el marqués instituyó la Fundación Instituto Homeopático y Hospital de San José y se tituló como único propietario del conjunto de los bienes. Durante sus primeros años, la fundación daba servicio a unas 500 personas al año y contaba con un consultorio médico que atendía de forma gratuita a quienes carecían de recursos. Inst. Homeopatico 3 Fotografía histórica de la Fundación Instituto Homeopático. En el hospital, que alcanzó un gran prestigio internacional, se formó un buen número de médicos interesados en conocer y ejercer la atención homeopática y con él colaboraron los más prestigiosos profesionales (los homeópatas Núñez, García López, Pellicer, Aróstegui, Álvarez, Juárez, Torres Oliveros…). Cada año, más de 2.000 personas visitan hoy el Museo Homeopático y los edificios de este singular conjunto, que es una muestra viva de la historia de la homeopatía en España y en todo el mundo. Cristina Sánchez


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1 comentarios

  1. doctoragloria | 01/01/1970 01:33h. Avisar al moderador
    El Hospital Homeopático, declarado Bien de Interés Cultural, rehabilitado por la Dirección General de Patrimonio Histórico, con una inversión de 3.000 000 euros de dinero público, no puede pasar a ser una propiedad privada, objeto de especulación. Es querido y respetado en el barrio de Chamberí por su dedicación a la medicina, a la docencia y por ser un Museo visitado por miles de personas cada año.   

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