En el Club Ajedrez con Cabeza, ubicado en Chamberí, cuentan con 500 socios y alumnos
“Jugar bien al ajedrez es difícil, pero jugar y divertirse es fácil”
Dori Ayllón, 7 de marzo de 2023
“Abrimos hace casi cinco años para desmitificar la dificultad de este deporte y acercarlo a todas las personas”. Así define Pedro Vicente Miñarro, director del Club Ajedrez con Cabeza, el objetivo primero de este club y escuela de ajedrez. Y lo cierto es que poco a poco han conseguido que 500 socios y alumnos de todas las edades, se acerquen cada semana a su sede, ubicada en la avenida de Filipinas, 52.
Además de estar al frente del Club Ajedrez con Cabeza, Vicente es docente de la Federación Española de Ajedrez (FEDA) y de la Federación Iberoamericana de Ajedrez (FIBDA) y experto en ajedrez educativo y pedagógico por la Fundación Kasparov y la Escuela Internacional de Ajedrez. Basándose en su amplia formación y experiencia como profesor, afirma que “jugar bien al ajedrez es difícil, pero jugar y divertirse es fácil”, una frase que repite en varias ocasiones durante la conversación con ‘Chamberí 30 días’ y con la que precisamente anima a apuntarse y quedarse en el club, tanto a padres, madres, hijos e hijas, como a los abuelos.
Según el docente, las clases que imparten son un punto a favor para disfrutar aún más de esta disciplina: “En ellas comenzamos hablando de ajedrez con otras materias, como el arte, la literatura, el cine, la música o la historia”. Asimismo, también se muestra muy satisfecho de las otras opciones que ofrecen a los socios, entre las que destacan conferencias sobre los beneficios del ajedrez para la salud, presentaciones de libros, la posibilidad de acudir a tomar un café y echar una partida o simplemente ver jugar a otras personas. “Organizamos continuamente eventos y actividades para intentar dinamizar la actividad de Chamberí”, añade.
Clases a partir de tres años
Al ser preguntado sobre la edad ideal para comenzar a familiarizarse con el ajedrez, Vicente lo tiene claro: los tres años. “En las clases con los niños y niñas de tres años y medio se mezcla el ajedrez con juegos, canciones y psicomotricidad. Todo es muy lúdico para que vayan integrando el ajedrez, diferenciando las piezas o distintos conceptos. Gracias a ello, con siete años se nota muchísimo que llevan desde pequeñitos”, explica Vicente. Sin embargo, deja claro que nunca se pretende que jueguen una partida y lleguen al jaque mate, sino que aprendan, socialicen y disfruten.
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