Este matrimonio del distrito acaba de celebrar sus Bodas de Oro
Adolfo y Natalia, 50 años de amor frente a la adversidad
Isabel Garrido, 9 de enero de 2023
¿El amor puede con todo? Al hacer esta pregunta, Natalia Cruz Montes (Madrid, 1944) y Adolfo Pérez-de Villar Hernández (Badajoz, 1945) lo tienen claro. Cinco décadas después de darse el “sí quiero”, esta pareja acaba de celebrar sus Bodas de Oro, tras corroborar que, después de toda una vida juntos, tres hijos y siete nietos, y a pesar de las dificultades, ha merecido la pena. Para entenderlo hay que remontarse al comienzo de su historia. Con 22 años, él se trasladó a Madrid con la empresa donde trabajaba, mientras que ella ya nació en esta ciudad, en una familia de jienenses que se instalaron en la capital al finalizar la Guerra Civil.
Su primer encuentro fue cosa del azar. Primero, en 1969, la madre de Adolfo se operó en el Centro Nacional de Hospitalidades Quirúrgicas de la Ciudad Universitaria, donde Natalia trabajaba como enfermera y, de visita en visita, fueron conociéndose. Al poco tiempo, fue él quien se tuvo que someter a una intervención y ahí comenzaron su noviazgo, en 1971. Al año siguiente, impulsados por la ilusión de vivir juntos y formar una familia, la pareja ya tenía todo organizado para el gran día. Sin embargo, el comienzo no fue fácil. Sin ir más lejos, un día antes de la boda, la madre de Adolfo falleció. “Cuando nos fuimos a casar y teníamos todo preparado, a mi madre, que tenía 69 años y nunca había estado mala, le dio un cólico nefrítico, y de eso que no se muere nadie, se murió el día antes de la boda”, relata.
Una carrera de obstáculos con final feliz
La pareja se planteó suspender el evento, pero su padre le convenció y siguieron adelante. No obstante, aún les quedaba llegar de Badajoz a Madrid, donde habían organizado la ceremonia. El grupo iba en dos coches. En el primero, los novios, el padre de él, Fernando, y otro matrimonio muy allegado, Manola y Antonio, y en el segundo su hermano, también Fernando, con su mujer, Pepita, y su hermana Mari Carmen, la madrina de la boda. Después de unos kilómetros el primer vehículo se estropeó, por lo que se reorganizaron y los protagonistas siguieron el trayecto. La mala suerte hizo que el segundo vehículo también fallara: afortunadamente, un camionero se apiadó y les recogió mientras hacían autostop en Talavera de la Reina (Toledo). “Llegamos por los pelos”, comenta el matrimonio, mientras explica que en aquella época en la que aún no había móviles no podían avisar y el resto de los invitados ni se imaginaban la situación.
El conductor les dejó en Legazpi y de ahí cogieron un taxi hasta la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de Ciudad Lineal, donde a las cinco de la tarde del 9 de diciembre de 1972 Adolfo y Natalia contrajeron matrimonio. La celebración posterior la suspendieron debido a la situación familiar y, ahora, 50 años más tarde, se han propuesto festejarlo por todo lo alto. Así, el pasado 17 de diciembre renovaron sus votos en la Ermita de la Virgen del Puerto, junto a Madrid Río y, posteriormente, fueron a comer a un restaurante cercano para compartir el momento con las 50 personas que los acompañaron, entre hijos, nietos, consuegros y algunos amigos. La elección de este espacio no es casualidad. Para Natalia era el lugar ideal, porque es “pequeñita” y “parece que estás en el campo”. Además, según expone Adolfo, se trata de la patrona de Plasencia, “un lugar donde nos reunimos con frecuencia muchos extremeños”.
Cuando cumplieron un cuarto de siglo juntos, el matrimonio también lo quiso celebrar. En esa ocasión, organizaron un viaje a las ciudades italianas de Roma y Venecia, junto a la hermana de Natalia y su marido. Y, ahora, habiendo cumplido ya 50 años, han querido repetir la luna de miel de la que disfrutaron en Canarias, pero en esta ocasión junto a toda la familia. De hecho, hace pocos días regresaron de un viaje en el que han podido estar los 15, entre sus hijos, sus parejas y sus siete nietos.
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