La gasolinera Porto Pi, en Alberto Aguilera, fue construida en 1927
La estación de servicio pionera del racionalismo tendrá su placa conmemorativa
David Álvarez, 9 de marzo de 2024
El Pleno de Chamberí ha aprobado por unanimidad, a propuesta del Grupo Municipal Más Madrid, la instalación de una placa conmemorativa en la gasolinera Porto Pi, situada en Alberto Aguilera, 18, como “uno de los primeros ejemplos de arquitectura racionalista de esta ciudad e indiscutible muestra de la riqueza patrimonial del distrito”.
Para Berta Gámez, portavoz de Más Madrid, “la gasolinera es una de las joyas arquitectónicas de Chamberí, y no todos la conocen, pese a ser uno de los primeros ejemplos del racionalismo madrileño”, explicó sobre una corriente que “después nos regalaría algunas de las mejores arquitecturas que tenemos en esta ciudad”. Sirvan como ejemplos, dentro del distrito, el edificio de la Residencia de Señoritas en General Martínez Campos, obra de Carlos Arniches y Martín Domínguez, o la Casa de las Flores de Secundino Zuazo, en el barrio de Gaztambide.
El texto aprobado proponía una descripción en la placa, que aludiera al carácter pionero de la estación de servicio, y a su autor, Casto Fernández-Shaw. No obstante, el concejal-presidente de Chamberí, Javier González Taboada, advirtió de que el arquitecto cuenta ya con dos placas en Madrid, en su domicilio y en otra de sus obras, por lo que “no se podría poner una tercera” donde figurase su nombre. Algo sobre lo que disintió Gámez, al señalar que “la arquitectura debe llevar siempre nombre y firma, y ni Casto lo sería sin esa gasolinera, ni esa gasolinera sería lo que es sin Casto”.
La gasolinera que trajo la arquitectura moderna a la capital https://t.co/1pXpLCT8Jo
— Chamberí 30 días (@Chamberi30dias) March 13, 2024
La estación de servicio de Petróleos Porto Pi –luego Gesa– fue construida en 1927, ampliada en 1935, destruida con nocturnidad en 1977 y reconstruida según el diseño original dos décadas después. En el año 2016, la Comunidad de Madrid la catalogaba como Bien de Interés Cultural. La ejecución racionalista de su diseño se refleja en su estructura funcional y sin ornatos, donde se establecen los tres elementos –marquesina, caseta de venta y tótem–, que en adelante se convertirían en esenciales en la tipología de las estaciones de servicio.
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