El singular Parque de las Naciones que oculta Vallehermoso

Las Fuentes de Chamberí (IX)

En la manzana que forman las calles de Guzmán el Bueno y Julián Romea, semiesquina al paseo de San Francisco de Sales, se construyó, entre los años 1964 y 1969, el Parque de las Naciones, un rincón muy singular y poco conocido, situado en el madrileño barrio de Vallehermoso.

El Parque de las Naciones forma parte de un complejo urbanístico de viviendas proyectado por el arquitecto onubense Eleuterio Población Knappe –autor también en Madrid de los hoteles Eurobuilding o del Edificio Beatriz–, y cuenta con un área de jardines y zonas libres, donde se sitúan varias fuentes, un reloj floral y una serie de esculturas ornamentales. La organización del parque está creada como concepto paisajístico abierto, en torno a una pradera central en la que se ubica una fuente circular que actualmente no funciona.

Junto al acceso principal, desde la calle de Guzmán el Bueno se encuentra un estanque de forma rectangular, recubierto el fondo y las paredes de pequeñas teselas de cerámica azul claro con fuente, rodeado de rosales. La parte central del estanque está ocupada por una escultura de hierro, ‘Bola del mundo’, obra del escultor José Luis Alonso Coomonte, artista zamorano del pueblo de Benavente, que estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y que obtuvo en 1960 la Medalla de Oro de Escultura en la Bienal de Arte Sacro de Salzburgo, con un ostensorio de hierro y piedra.

La escultura de esta fuente que ya estaba construida en 1965, cuatro años antes de la inauguración del Parque de las Naciones, forma parte de ese tipo de obras de Arco Sacro de José Luis Alonso Coomonte, así como la cruz situada en el acceso a la capilla de los Padres Agustinos Recoletos, perteneciente a este complejo, y el sagrario de esa misma capilla.