La Zona Gallery acoge tres acuarelas y dos dibujos de la pintora
Virginia Garrosa presenta su trabajo con la mujer como elemento protagonista
Isabel Garrido, 7 de noviembre de 2022
Cuando a los 27 años Virginia Garrosa decidió que quería dedicarse al arte de lleno, probablemente no sospechaba el camino que le deparaba y, tampoco, el impacto que tendría en su vida cada una de sus decisiones. A los 32 dejó su trabajo de toda la vida para comenzar a estudiar Artes Aplicadas a la Madera en la escuela de La Palma y, tras seis años dedicados a realizar diferentes cursos y talleres, cumplió uno de sus sueños de juventud: inscribirse en la carrera de Bellas Artes. Según explica, sus miedos e inseguridades siempre le habían alejado de esta idea, pero gracias al apoyo de un profesor a los 40 se presentó a las pruebas, las superó y después de unos duros años se licenció en la Universidad Complutense de Madrid.
“Mi vida cambió totalmente”, declara la pintora, como a ella misma le gusta definirse. Desde los 47 se dedica a la docencia y organiza exposiciones de su trabajo y, ahora, a los 61 años, compagina sus exhibiciones con las clases para niños y adultos que imparte en su taller Lápices, ubicado en la zona de Lacoma. Desde prácticamente el inicio de su obra, hay un elemento que aparece de forma recurrente, la mujer. Por ello, hace ya una década, en el año 2012, decidió retomarlo y comenzar a trabajar desde esa narrativa para contar su propia historia a través de sus vivencias. Así, el fruto de su trabajo se cristaliza ahora con la llegada de su primera gran exposición en La Zona Gallery, un espacio creado con el objetivo de conectar artistas con su público, ubicado en la calle Agustín de Betancourt, 7.
En este sentido, la muestra de Garrosa que ya está abierta al público y se extenderá hasta el 20 de noviembre, con entrada gratuita, está compuesta por cinco cuadros en los que habla sobre cuestiones que importan y afectan a las personas, desde su propia experiencia y mediante componentes autobiográficos. Tal y como detalla, en los cuadros que presenta, además del componente femenino sobresalen dos temáticas, el vuelo, con el que trata de hablar del maltrato, la cosificación o la discriminación de la mujer, y el tiempo, entendido como una estructura abstracta que inevitablemente nos empuja.
Su objetivo, un trabajo digno
Con un predominio del color, tres de ellos tienen una importante base de acuarela a la que acompañan cosidos y otros elementos como escritos de la artista. ‘De espaldas al tiempo’ se dirige al futuro sin perder de vista lo que deja atrás y cómo le afecta; en ‘Deseando volar’ habla sobre la esperanza y la ansiada salida de una situación de maltrato, mientras que ‘Las invisibles’ es un cuadro abstracto, una línea en la que su creadora quiere moverse. Además, en palabras de la propia autora, en el tercero muestra la “invisibilidad femenina” en diferentes campos.
Unido a estas tres pinturas, durante la visita a la exposición también se pueden descubrir dos dibujos más en los que también aparece la temática de la mujer como elemento protagonista y donde su título aparece implícito en la obra. En ‘¿Y si me creciesen alas?’, un dibujo sobre papel de color estampado y cuerda, y en ‘Hoy tampoco toca volar’, otro dibujo sobre papel de color estampado, cuerda, y tarlatana, aparece una mujer atrapada. De hecho, en este último utiliza el pecho femenino como un elemento que “alimenta” y “da placer”, pero que “esta sociedad muestra como un elemento sexualizado”, como un “producto”, por lo que la intención de la artista es “presentar a la mujer atrapada en un cuerpo convertido en algo cosificado”.
Para Virginia Garrosa el arte es un lugar de compromiso. Por ello, con su trabajo tiene el fin de que el público se emocione, sienta, se cuestione cosas y descubra, al igual que hace ella misma mientras pinta. “Yo siempre digo que soy una contadora de historias y, al fin y al cabo, cuento mis historias a través de las circunstancias que nos rodean a todas las mujeres”, indica. ¿Y a dónde llegará? Aún no lo sabe porque su arte, al igual que su vida, se va transformando a través de sus vivencias y sus emociones. Sin embargo, sí afirma que se encuentra en un periodo de transición y, ahora, también utiliza el collage para seguir retratando a la mujer, aunque en la actualidad trate de introducir elementos de la naturaleza.
De cara al futuro, su proyecto es seguir impartiendo sus clases, pintando y buscando nuevas galerías y centros expositivos para dar a conocer su pintura y conseguir vivir dignamente de ella.
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