La medida incluye devolver el sentido de la circulación desde Fernando Garrido hacia Galileo y Vallehermoso, así como restituir las plazas del SER eliminadas para facilitar la entrada a los garajes. Además, se ha procedido a reseñalizar convenientemente el entorno, y durante los primeros días se ha dispuesto un refuerzo específico para la información y vigilancia tanto desde Policía Municipal como de agentes de movilidad.
El radar móvil, nueva polémica
Tras la reversión parcial, la polémica en la calle de Galileo ha continuado por la instalación del radar móvil que el Ayuntamiento ha colocado tras la reapertura al tráfico, y que limita la velocidad en la vía a 20 kilómetros hora. Según ha informado la primera teniente de alcalde, Marta Higueras, durante la primera semana el dispositivo controló 400 vehículos e interpuso una multa. Higueras también ha señalado que la disposición en la calle “de momento no va a volver a cambiarse”, aunque el Ayuntamiento está evaluando los nuevos datos.
Por su parte, la Asociación Vecinal El Organillo ha enviado una carta a la delegada del Área de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, para denunciar que dicho radar “no tiene fines disuasorios o de seguridad para los peatones, ya que está situado de forma que los conductores no lo pueden ver”. Además, critica la desproporción del dispositivo utilizado –“formado por un vehículo y dos agentes que permanecen en el lugar durante horas”– en relación a los metros vigilados, el número de vehículos que circulan y la velocidad de los mismos.
Más de dos mil firmas
En los últimos dos meses y medio más de dos mil vecinos habían firmado pidiendo la reversión del denominado “DEspacio Galileo”, proyecto piloto integrado en el plan Chamberí Zona 30 y que comprendía la peatonalización del tramo de esta vía situado entre Fernando Garrido y Meléndez Valdés.
La mejora del aire y la recuperación de espacio peatonal fueron los objetivos de la medida, que se ideó como “reversible” en el plazo de un año. Sin embargo, desde el primer momento la actuación polarizó al vecindario entre partidarios y detractores, y semanas después el Pleno del Ayuntamiento aprobaba su rechazo con los votos de todos los grupos salvo Ahora Madrid.
En medio de esta polémica, el equipo municipal ha decidido tomar una decisión salomónica, dividiendo en dos partes la calzada –una estancial y otra abierta a vehículos– lo que, en opinión del concejal popular Pedro Corral, “multiplica exponencialmente la sensación de inseguridad”.
Desde el Ayuntamiento se explica que “con estos cambios se busca intervenir con mayor grado de consenso con respecto a la operativa de esta actuación y manteniendo los mismos objetivos: reducción de tráfico de paso no residente, mejora de la calidad de aire y ganar espacio público”. No obstante, la plataforma vecinal “Chamberí se defiende” ya ha anunciado tras conocer la medida que continuará exigiendo la reversión total de la calle.
David Álvarez
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