El día 31 de Mayo se celebra el Día Mundial sin Tabaco, que este año estaba dedicado a la prevención de la adicción al tabaquismo en los jóvenes. Pero en estas, llegó el coronavirus y su poder de trastocarlo todo, y así hizo con la campaña de la Semana sin Humo, que reconvertiremos a "Coronavirus y exposición al humo del tabaco".
Todavía se tiene poca experiencia y solo podemos hablar de lo observado en estos últimos cinco meses, de inferir experiencias de otras epidemias por coronavirus, como el MERS (2012) y el SARS (2003), y de los resultados de estudios observacionales publicados hasta la fecha.
Aun así, vamos a intentar responder a dos preguntas básicas:
¿Tiene la persona fumadora más posibilidades de infectarse por SARS-CoV-2?
¿Una persona con Covid19 tiene la misma evolución tanto si es fumadora como si no?
Con respecto a la primera pregunta, aunque todavía no hay suficientes estudios que lo avalen, hay dos tipos de características que nos hacen pensar en una mayor contagiosidad; unas físicas: el hábito tabáquico conlleva un mayor acercamiento de los dedos a la boca, un menor uso de las mascarillas, el uso de ceniceros comunes, el compartir cigarrillos...y otra fisiológica: el número de receptores pulmonares ECA2, por los que penetra el virus en el organismo, parece ser hasta un 25% mayor en fumadores.
En cuanto a la segunda, ahí tenemos más evidencia, y por tanto más seguridad, al afirmar que aquellos infectados fumadores tuvieron una significativa peor evolución y precisaron más ingresos en UCI, ventilación asistida y deceso final. Este pronóstico, claramente desfavorable, está también relacionado con la carga de enfermedad cardiovascular que conlleva el tabaquismo, y es válido para ex-fumadores, aunque en menor medida.
Junto con ser varón y mayor de 65 años, el fumar forma parte de la tríada, de factores de riesgo de más peso, para una mala evolución del Covid19.
¿Qué pasa con los e-cigarrillos, los vapeadores, las pipas de agua y los fumadores pasivos?
No son más seguros que el cigarrillo convencional, ya que los productos inhalados aumentan la inflamación a nivel local y disminuyen la inmunidad natural de los pulmones frente a los virus; además pueden actuar como vehículo de transmisión del coronavirus. Especialmente peligrosas las pipas de agua, que invitan a una proximidad no conveniente y a compartir un vehículo fácilmente contaminable. Los fumadores pasivos también pueden sufrir fenómenos inflamatorios y alteraciones de la inmunidad.
Por último, desmontando bulos... ¿es eficaz la nicotina contra el coronavirus?
No, no lo es; se publicó un estudio francés en este sentido, plagado de irregularidades, ya desechado por la comunidad científica.
Qué hay que dejar de fumar ya lo sabíamos, ahora hay un motivo más para hacerlo; y sobre todo, y pensando en los jóvenes, a los que inicialmente iba destinada la campaña de este año, no iniciarse en un hábito que puede desembocar en un serio problema de salud.
Si te decides a hacer un intento y necesitas ayuda, ponte en contacto con tu Centro de Salud.
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