Día Mundial de la lucha contra el SIDA

El día 1 de diciembre se celebró el Día Mundial de la lucha contra el SIDA. El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) se transmite a través de los líquidos corporales de las personas infectadas y de la madre al bebé, durante el embarazo o el parto. No se transmite por besos, abrazos, compartir objetos o alimentos. Además, es muy importante destacar que las personas que reciben tratamiento y tienen una carga viral indetectable no transmiten el virus a sus parejas sexuales (indetectable es igual a intransmisible). 

El VIH ataca al sistema inmunitario, favoreciendo la aparición de otras infecciones. Si no se trata, pasado mucho tiempo evoluciona a SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), que constituye la fase más avanzada de la enfermedad. Éste es uno de los errores más frecuentes en la percepción de la población: VIH no es lo mismo que SIDA.

Gracias a la prevención, al diagnóstico y al tratamiento, a pesar de no haber cura para el VIH, el panorama actual es completamente diferente al de hace años. Hoy en día, en nuestro entorno, se ha convertido en una enfermedad crónica, que permite a las personas que viven con VIH hacerlo muchos años y con buena salud, siendo cada vez más excepcional el hecho de llegar al estado SIDA.

Actualmente, el VIH no es curable, pero es prevenible de diversas maneras, destacándose el preservativo masculino/femenino en las relaciones sexuales y los fármacos antirretrovirales orales, pautados como profilaxis anterior (PrEP) o posterior (PEP) a la exposición. La prevención es sin duda la forma más eficiente para luchar contra esta enfermedad.

La Organización Mundial de la Salud fija unos objetivos para 2025 respecto al VIH: que el 95 % de las personas que viven con la enfermedad tengan un diagnóstico, que el 95 % de ellas puedan acceder a tratamiento antirretroviral y que, de las tratadas, el 95 % mantenga una carga viral suprimida.

Además, una de las prioridades debe ser abordar el estigma y la discriminación que persisten a día de hoy en relación a las personas que viven con VIH.  En la mayoría de las ocasiones, estas creencias se basan en la falta de conocimiento e información, así como en suposiciones erróneas que provienen de los años 80, cuando el panorama sociosanitario era completamente diferente.

María Fernández Revaldería
Medicina Familiar y Comunitaria
Centro de Salud Eloy Gonzalo

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