Da nombre a un espacio del bosque urbano, sin relación conocida con el distrito
La Plazuela de Chamberí, el rincón histórico que une el barrio con la Casa de Campo
Dori Ayllón, 17 de septiembre de 2024
Chamberí es uno de los barrios más emblemáticos de Madrid, pues es conocido por sus plazas y calles llenas de historia y, a pesar del paso de los años, el distrito ha conservado su carácter tradicional, convirtiéndose en un símbolo de la vida madrileña. Pero más allá del barrio, el nombre de Chamberí está presente en un lugar menos transitado: la Casa de Campo. En el parque más grande de Madrid se encuentra la Plazuela de Chamberí, un espacio que se remonta al siglo XVIII y cuyo nombre no es una simple coincidencia.
Se trata de un homenaje personal del rey Fernando VI a su madre, la reina María Luisa Gabriela de Saboya, quien nació en Turín, pero ella misma se consideraba hija de Chambéry, la capital del ducado de Saboya. Sus paseos por aquel terreno lleno de árboles y huertas, según cuentan los expertos, le recordaban a su infancia en Chambéry y esta profunda conexión llevó a su hijo, quien poseía la Casa de Campo desde 1724 tras recibirla como regalo de su hermano Luis I, a ponerle su nombre.
El redescubrimiento de la Plazuela de Chamberí comenzó hace siete años de la mano de Luis de Vicente Montoya y Rafael Pulido Fernández, dos de los mayores impulsores de la recuperación y protección de numerosos espacios del gran parque madrileño. “Luis falleció en 2023, pero en el año 2000 publicó el libro La Casa de Campo Parque Histórico y poco después comenzamos una revisión en profundidad de su libro y de los datos que en este aportaba. Retomamos así la investigación que abandonamos en el Archivo General de Palacio. Juntos confirmamos los aciertos y descubrimos los errores”, cuenta Rafael a Chamberí 30 días.
Mapas originales y un estudio arqueológico
En el caso de la Plazuela de Chamberí, Luis y Rafael contaban con mapas, planos y documentos originales del Archivo General de Palacio, en los que Fernando VI hablaba de este espacio. Una vez localizada la plazuela, se encontraba entre la Fuente del Príncipe, construida en 1725 cuando fue nombrado Príncipe de Asturias el propio Fernando VI, y la Plazuela de los Siete Hermanos, dedicada a sus hermanos, trasladaron la información a Patrimonio y ambos comenzaron los trabajos de campo de la mano del arqueólogo Manuel Silvestre. Este realizó un estudio del suelo para determinar la extensión original de la plazuela y delimitar su perímetro. Asimismo, trasladaron los olmos que repoblaron la plazuela a otras áreas para contribuir al aspecto primigenio del lugar.
“Se trataba de una plazuela de tiro largo, en la que podía caber un coche de cuatro caballos y dar una vuelta. Aunque en la Casa de Campo han aparecido platos de porcelana y elementos de la Guerra Civil, en la zona de la Plazuela de Chamberí no se han encontrado restos importantes, a excepción de algunas monedas”, explica Rafael. Por otro lado, no se conoce si la plazuela tenía adornos o si tuvo asientos para que descansaran los reyes.
Almacén de leña y plaza de toros
A lo largo de los siglos, la Plazuela de Chamberí ha tenido diversos usos. En sus primeros años, se utilizaba como almacén de leña de poda, que luego era subastada. Ya en el siglo XX, el lugar se convirtió en un punto de encuentro para los maletillas, jóvenes aspirantes a toreros que practicaban en sus alrededores. En 1968, Antonio Linares Sánchez propuso la construcción de una pequeña plaza de toros en este sitio para facilitar la práctica de estos maletillas, aunque el proyecto nunca se concretó.
Hoy, la revitalización de la Plazuela de Chamberí continúa su curso, y para Rafael se trata de “un esfuerzo más amplio para preservar los espacios históricos de la Casa de Campo y que la gente conozca más sobre la historia de Madrid”. Por el momento, su conexión con el distrito de Chamberí se desconoce, pero Rafael no descarta que exista una conexión entre ambos lugares.
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