57 sin piedad

Otra cosa igual no, pero hay que reconocerle a Carmena su capacidad para sorprender a los madrileños. Andaba uno pensando en esa manera tan suya que tiene la alcaldesa de retorcer los problemas para convertirlos en soluciones –si las calles están que da pena verlas por sucias, nos las alegra pintando frases cursis; o si la movilidad se hace imposible cada día, estrangula la circulación– cuando va y se saca de la toga el “Observatorio de la Ciudad” para que “la ciudadanía participe en el diseño de las políticas públicas”.  Y, claro, te gana.



Que qué es el Observatorio de la Ciudad, dirán. Pues bien, el Observatorio de la Ciudad viene a ser la deconstrucción de ese tipismo español que consiste en la reunión espontánea y jovial de un grupo de jubilados y gente en general ociosa, para mirar cómo avanza un tajo. Básicamente esto, sólo que cobrando dietas. Durante los primeros meses de 2019 el Ayuntamiento elegirá al azar a 57 vecinos (y vecinas) y a otros tantos (y tantas) suplentes y, entre los que voluntariamente acepten, se organizará un nuevo sorteo dirigido que tenga en cuenta la edad, el sexo y la distribución geográfica. Una vez seleccionados, estos 57 madrileños sin piedad escudriñarán la actuación del Gobierno municipal en un mínimo de ocho reuniones anuales y podrán estudiar documentación, solicitar comparecencias de expertos y presentar preguntas. Igual hasta les dejan sentarse en el sillón del concejal de Urbanismo o probar las magdalenas de Carmena.



Ignoro si la alcaldesa piensa que una oposición formada por 37 de los 57 concejales del Ayuntamiento no es suficiente para fiscalizar la labor del gobierno municipal, y ha optado graciosamente por enviarles refuerzos. Pero me hago una ligera idea del modo en que podría evaluar un proyecto como el de las Cocheras de Cuatro Caminos mi tía Toñi, que conserva como oro en paño la dentadura de mi difunto tío, o qué puede pensar de Madrid Central mi primo el nini de Tetuán, que acaba de aprobar el carné a la quinta.



El Ayuntamiento nos engatusa asegurando que este tipo de iniciativas ya han funcionado con éxito en Berlín y en un Estado australiano. Como si los madrileños no supiéramos ya lo que es mirar una obra y hacerle correcciones al currela. Y que luego el peón te mire, se dé la vuelta y no te haga ni puñetero caso. Claro que si lo que Carmena quiere es una evaluación de la actuación municipal, lo mejor es que se espere a mayo, y así se ahorra sorteos.



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