Tres cuartos de siglo sin Loreto Prado

No fue una actriz vocacional: “A mí aquella vida de teatro no me gustaba; principalmente porque yo no quería enseñar el escote, los brazos y las piernas. ¡Mire usted qué tontería!”. Con sólo 14 años, la meritoria Loreto Prado tuvo un día que sustituir a la primera tiple, que se había puesto enferma. Bajita, poco agraciada físicamente y sin una gran voz, la espontaneidad y la gracia natural de Loreto la consagraron como una celebridad y una de las cómicas más queridas por los madrileños. Venerada por Azorín y glosada por los Álvarez Quintero, Francos Rodríguez dijo de ella que “el pueblo la adoraba”.

Loreto Prado Chamberi Fotonoticia Estatua de Loreto Prado, obra de Mariano Benlliure, en la Plaza de Chamberí.

Fue compañera sentimental y profesional de Enrique Chicote, con quien llevaría una de las compañías teatrales más afamadas de la época, y con quien comparte calle en Centro. Falleció en 1943, a los 80 años, y el pueblo madrileño se volcó en uno de los entierros más multitudinarios que se recuerdan en la capital. Al año siguiente se inauguraba su estatua, obra de Mariano Benlliure, en la Plaza de Chamberí, si bien la que campea actualmente es una réplica que tuvo que relevar a la genuina, debido a su grave deterioro. El 25 de junio se cumplen 75 años de su fallecimiento.

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