El Sorolla pintor y ‘cazatendencias’ de la moda

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y el Museo Sorolla han organizado “Sorolla y la moda”, una exposición dedicada a la presencia de la moda en la obra del pintor valenciano, que puede visitarse de manera simultánea en ambas pinacotecas hasta el 27 de mayo.

Comisariada por Eloy Martínez de la Pera, la muestra reúne más de 70 pinturas de museos y colecciones privadas nacionales e internacionales, algunas de ellas nunca expuestas anteriormente, junto a un destacado conjunto de vestidos y complementos de la época, con valiosas piezas prestadas también por importantes instituciones y colecciones particulares. Cada museo ofrece una selección de piezas y obras, por lo que la organización recomienda visitar ambos.

Para Martínez de la Pera, “esta exposición es un cuento que nos traslada a la Europa de finales del XIX, y cuenta miles de historias a través de los rostros de las mujeres retratadas. Sorolla es el narrador, fue el personal shopper de su esposa Clotilde en una época de cambio del rol de la mujer, cuando empiezan a querer salir solas a la calle y comienzan a vestirse para sí mismas y no sólo para sus maridos”.

SONY DSC Retrato de Mª Luisa Martínez de Tejas, junto a un traje de L. Lemoine.

Sorolla fue un gran amante de la moda, y cronista perfecto de esos cambios en las tendencias y estilo de la indumentaria de finales del XIX y principios del XX. Sus cuadros son un catálogo de vestidos, joyas y complementos y su interés por la moda queda patente además en fotografías, bocetos o cartas. La exposición se centra en los retratos femeninos pintados por el artista entre 1890 y 1920, que dialogan en las salas con vestidos y complementos de la época.

El director del Museo Thyssen, Guillermo Solana, explica que “las obras cobran otra vida junto a los trajes. Un cuadro es una ventana que separa, y a la vez conecta dos mundos, pero cuando se coloca un vestido negro junto al retrato de Clotilde, la ventana se convierte en reflejo, se hablan, se pone en marcha un juego de espejos”. Por su parte, la directora del Museo Sorolla, Consuelo Luca de Tena, asegura: “La conjunción de pintura y textil va a ser muy impactante para todo el mundo. Era un proyecto que era como un sueño”.

En el Thyssen


La muestra se desarrolla en cuatro secciones dentro del Thyssen: “Sorolla íntimo”, dedicado al ámbito familiar del pintor, donde destaca el citado “Clotilde con traje negro”, del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, junto a un traje del Musée des Arts Décoratifs de París; “El retrato de sociedad”, que incluye varios de los numerosos encargos que el pintor recibió de la alta sociedad de la época; “El veraneo elegante”, que refleja el descubrimiento de los efectos terapéuticos de los baños de mar que se estaba produciendo en la época, y “París y la vida moderna”, que reproduce las novedades que el pintor va descubriendo en sus viajes y que le inspiran para sus retratos, como en “Elena con túnica amarilla”, el cuadro que sirve como anuncio de la exposición y que muestra a la hija menor de Sorolla con el famoso ‘delphos’ amarillo, vestido icónico creado por Mariano Fortuny y Madrazo.

SONY DSC "Elena con túnica amarilla" (1909) junto al "Delphos" de Mariano Fortuny y Madrazo.

En el Museo Sorolla


La exposición también se adapta a los espacios domésticos del Museo Sorolla (General Martínez Campos, 37), que conserva de por sí casi intacto su ambiente original y todo su mobiliario. Aquí el visitante puede recorrer los siguientes temas: “Una casa a la moda”, donde algunos vestidos puntúan las distintas salas de la planta principal, que constituyen la exposición principal del museo, dándole una nueva vida a los cuadros familiares, como el caso de “Clotilde sentada en un sofá”. En la planta primera se exponen “El retrato de sociedad”, y “Una familia elegante”: la primera contiene diversos tipos de retrato por encargo, como el de la reina María Cristina, “La bella Raquel” o el “Retrato de Amelia Romea, señora de Laiglesia”; la planta segunda muestra la elegancia natural que tuvieron tanto Clotilde como sus dos hijas. Sorolla se complació en verse rodeado de una familia a la moda, y nunca olvidó en sus viajes llevarles como regalo vestidos o complementos que llamaron su atención. Destaca en este espacio “Clotilde bajo el toldo, Biarritz” y “Clotilde con mantilla negra”, junto a un vestido de Lucile del Victoria and Albert Museum de Londres.

Sorolla y la moda 3 "Clotilde en la playa" (1904).

Por último, el visitante puede observar el ambiente original del comedor familiar en “Un Fortuny escondido”, donde se ve de nuevo a su hija con el ‘Delfos’ dorado patentado por Fortuny, asomando entre la guirnalda con que el pintor decoró la estancia. “Sorolla era un amante de lo bello –concluye el comisario–, cambió el mundo porque lo hizo, gracias a su pintura, un poco más bello”.

David Álvarez

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