
La nostálgica propuesta, vertida en las redes sociales, se hizo rápidamente viral y empujó a este madrileño a formalizar la petición en la web municipal Decide Madrid y en change.org, donde cuenta ya con más de 4.500 firmas de apoyo. Pero no se quedó ahí. A esta “aventura” –como la denomina Linares– pronto se unió Telefónica, que se ha comprometido a poner a disposición de la propuesta todos los medios logísticos, y la Academia del Cine. “Tener el apoyo de una institución tan significativa y con tanto poder de convocatoria es genial, porque nos hace mucho más visibles”, explica. También ha contactado con la concejala-presidenta de Chamberí, Esther Gómez, que la considera una idea “interesante”.
No obstante, la ubicación de la cabina no podrá ser la original de Rodríguez San Pedro, donde se rodó de manera casi íntegra, dado que se trata de un espacio privado perteneciente a los edificios de la zona. De ahí que Linares proponga en su petición que la cabina pueda instalarse en algún lugar alternativo, como la Gran Vía “o alguna plaza bonita de Chamberí”, explica este chamberilero, nacido en el Hospital de La Milagrosa, y que ha visto con esta iniciativa la oportunidad de recuperar sentimentalmente dos de sus añoranzas: “Chamberí forma parte de mi ADN, por eso es tan especial que Mercero rodara La cabina allí. Siento como si estuviera conectada conmigo, a través del barrio más bonito de Madrid”, concluye.
David Álvarez
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